-¿de qué se me acusa?
-de componer corridos
-¿y a poco eso es delito?
-pues no, pero mientras ya te chingaste...
últimas palabras de Rosendo Radilla Pacheco, en un retén militar.

Nada justifica el pacto con la desmemoria. La reconciliación y el olvido sólo son posibles cuando se conoce la verdad. (Juan Gelman)

Es que simplemente, a nadie le gusta quedarse "así como así", si no saber qué ponerte el día de mañana causa malestar a algunos, imaginen lo que es no saber nada de la vida un ser querido... durante más de 30 años.
Es un comienzo muy flojo de la nota, pero es que, apelando a lo más primitivo del hombre, la ira, el miedo, la incertidumbre... son horribles. Es un tortura continua. (aunque la tortura en efecto no esté tipificada así). ésta es una de las tésis con las que se hace un nudo en la garganta, al saber de las familias que han sido marcados por las situaciones de las desapariciones forzadas de sus familiares.

Durante el periodo de la llamada "Guerra Sucia" en México, miles de personas fueron desaparecidas de la faz de la tierra. Por supuesto, el Estado es la hora, que no acepta (quién sabe si aceptará) su responsabilidad.
El caso de Rosendo Radilla Pacheco, es uno de estos tantos casos donde un día, jamás regresaron a sus casas. "Afortunadamente", su hijo presenció su detención, y pudo contar lo que pasó, pero de ahí, sólo queda un silencio, un vacío, y miles y miles de horas perdidas sin respuesta concreta alguna por parte del gobierno.

Como parte de la gira de documentales de Ambulante, se encuentra este caso, que invito a todos a ver, como sensibilización, como un llamado de alerta y atención. Para la mayoría, si no es que para todos, esto no nos tocó, y se ve lejano; pero ni es lejano y sigue pasando. Nada justifica el pacto con la desmemoria; con este tipo de información, uno puede comenzar a indagar sobre un pasado que siempre ha estado presente. No porque directamente nosotros tengamos la solución, sino por empatía y por un reclamo de justicia, ante la impunidad y la ignorancia.

"ni vivo ni muerto se sabe de Rosendo Radilla"... ni de él, ni de otros. Hijos, hermanos, cónyuges... un día se quedaron sin padres, hermanos, parejas... un día no supieron más de ellos y después de más de 30 años siguen sin saber algo. Nada... todo extinto... ¿cómo demonios desaparece una persona así como así?, regresando a lo más primitivo del hombre, hay una gran maldad en ello. ¿Cómo se puede vivir con crímenes así?, ¿cómo se olvida la memoria?
A nadie se le puede pedir olvidar, dejar el pasado atrás; porque ni está atrás, ni la herida ha cerrado, sigue igual de abierta que hace 30 o 33 o 35 años, porque todos los días es una incertidumbre.

Torturas, secuestros, asesinatos... cómo se olvida que un día se tenía a un padre y al día siguiente ya no?, cómo se olvida que vieron torturar a un hijo y luego no se supo nada más d él?... no face falta vivir esto en carne propia para entender el sentido de la complejidad que el caso tiene.

Esqueletos aunque sea, respeto, dignidad... responsabilidad, verdad.

La memoria no tiene olvido, el paso no es pasado, es la muestra del presente y de lo que desearíamos que ocurra más en el futuro.


Es que, no gusta no tener siquiera en donde llorar a los muertos.