De Suiza a la Sierra mixe, encuentro de bandas

El pasado sábado 17, en punto de las 16:00 horas se escucharon las primeras notas de la banda filarmónica del CECAM (Centro de Capacitación Musical y Desarrollo de la Cultura Mixe), que cobijada bajo el Hemiciclo a Juárez abrió con el danzón bajo el mismo nombre, “Juárez”. Provocando la alegría y el aplauso del público, a un lado comenzaban a estalecerse unos personajes vestidos en traje negro y gafas obscuras, en quienes se notaba un color rojo en su piel por el ya abrasador sol de la primavera a unos cuantos días de iniciar.
Cuando terminaron de tocar, el aplauso más fuerte no se hizo esperar por parte de la agrupación suiza, la U Brass beider Basel, que seguían en pie soportando el calor sabatino pero animosos. Llegaba ahora el turno de los que “parecen guaruras” o “agentes de matrix”, según comentaba la gente; abriendo con una marcha solemne pero argadable. La reacción del público fue positiva lo que provocó una sonrisa en la rojiza cara de los integrantes, quienes dieron entrada a la siguiente pieza de la banda mixe.
Los indígenas vestidos con camisas blancas bordadas, huaraches, falda y pantalón respectivamente, tocaron algo característico, los “Sones y jarabes mixes”, que provocaron la ovación de la audiencia.
Simulando un duelo de bandas, la agrupación Suiza se relajó para tocar una pieza musical que motivó a los asistentes a chasquear los dedos o mover la cabeza al compás, “Crocodile Rock” obtuvo también la ovación por parte del público.
El programa titulado “Pompas fúnebres” no tuvo nada de fúnebre más que el nombre, ya que ambas bandas amenizaron la tarde con piezas que hacían bailar a la gente o aplaudir con estruendo. Después de un popurrí jalisciense, donde “El Son de la Negra” y el “Jarabe Tapatío” hicieron que hasta los suizos se emocionaran, ambas bandas recogieron sus instrumentos para trasladarse a la explanada del Palacio de las Bellas Artes.
Media hora ha transcurrido ya y ahora los espectadores se amotinan para quedar lo más cerca posible de estas bandas que ya se han ganado el gusto del público, las fotografías no cesan y se escucha un grito de ovación de vez en cuando.
La parte más emotiva, fue cuando la agrupación mixe tocó un popurrí que incluyó el himno de Oaxaca, “Dios nunca muere” y la “Canción mixteca” que hizo cantar nostálgicamente a unos cuantos mientras que los suizos, ya familiarizados con la pieza musical, se balanceaban al ritmo de la música.
La agrupación suiza cerró con la pieza “Angels”, una delicada y armoniosa pieza que provocó en la gente una gran sonrisa y un gran aplauso, cerrando el círculo musical con una sesión de fotos a la que los suizos respondieron amablemente, con risas y abrazos.
Después de una hora y media, la banda del CECAM, recogió sus instrumentos y comenzó la partida, mientras que unos minutos después la U Brass beider Basel seguía al pie de un pegaso con la gente a su alrededor, algunos comunicándose en inglés, otros con señas, pero todos contentos.

El motivo de la visita de la agrupación suiza en el marco del XXIII Festival del Centro Histórico de la Ciudad de México, es la correspondencia y reciprocidad. A finales del año pasado, la banda del CECAM, integrada por niños y jóvenes originarios de Santa María Tlahuitoltepec, Oaxaca, en la sierra mixe, fue invitada a la ciudad de Basilea, Suiza; en intercambio cultural por parte del programa “Más acá del más allá”. La idea fue unir a ambas bandas para compartir la música usada en los ritos mortuorios de ambas culturas. Ahora, la U Brass beider Basel, viene a México a seguir compartiendo los lazos musicales, demostrando que sin importar la estatura, color de piel o nacionalidad, hay una hermandad, reflejando a la música como un idioma universal.

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